miércoles, 29 de abril de 2015

Neuquén Contry.

Ayer invité a Ana a cenar a su lugar favorito, le propuse que ella se encargara completamente del menú ya que es una experta en este restaurant, así que visitamos el Neuquén.

Fuimos a la sucursal de Garza Sada que está ubicada en la plaza 1892, cuenta con una terraza muy chida pero como la noche era fresca elegimos una mesa en el interior del restaurant.

Obviamente pedimos el vino favorito de Ana que por cierto es de los pocos lugares donde puedes encontrarlo, para nuestra sorpresa no lo tenían, pedimos degustar un Malbec argentino que no fue de nuestro agrado así que finalmente nos quedamos con un Merlot chileno que no estaba nada mal.

Ana noto al menos dos tortas nuevas en el menú que no había probado así que pidió una para compartir, pero el mesero volvió para comentarnos que se les había acabado, así que pidió como entradas la Che que es de champiñones con queso, pidió otra que no recuerdo cual era pero me comentó que tenía que probarla como ella la prepara, así que compartimos empanadas que por cierto resultaron muy ricas.

El mesero llego con una entrada de cortesía, era un plato con queso fundido y champiñones, nos comentó que era por las molestias causadas por las cosas que pedimos y no tenían.
Picadita
Como plato fuerte pedimos una torta Lomito Lupo que es de carne asada, jamón, queso y dos huevos estrellados, es algo que normalmente yo no pediría pero de verdad me sorprendió es una mezcla de sabores que combinados con su salsa criolla se convierte en un verdadero manjar.
Lomito Lupo
 Para completar nuestra cena también pedimos un spaghetti a la bolognesa que siempre es una garantía uno de los mejores que puedes encontrar en Monterrey.

Terminamos devorando todo menos el spaghetti pero porque la porción es verdaderamente enorme para dos personas y porque teníamos que dejar un huequito para lo mejor de la noche, el postre.

A pesar de lo bien que habíamos comido porque todo estuvo delicioso estabamos impacientes por volver a probar el Tango.
Tango
No podría describir este postre porque me quedaría corto, son rollitos rellenos de nutella con algo más sobre una cama de mermelada de fresa, podría ir a este restaurant solo para probar esta maravilla.

El servicio fue bueno, el mesero siempre estuvo muy atento, los platillos llegaron rápido y la entrada de cortesía fue un gran detalle.

El ambiente es mas bien romántico así a media luz con una velita en la mesa, música lounge bien seleccionada.

Los precios son medios aunque la verdad me parecieron justos para la cena que tuvimos.

Definitivamente vale la pena ir a Neuquén lo recomiendo para una cena especial, no hay forma que quedes mal en este lugar.

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